DEFENSA PERSONAL EN EL ÁMBITO POLICIAL Y SEGURIDAD PRIVADA.
DEFENSA PERSONAL EN EL ÁMBITO POLICIAL Y SEGURIDAD PRIVADA.
Las artes marciales son ejercicios para el cuerpo, la mente y el espíritu que mayoritariamente se originaron en Oriente e incluyen boxeo y autodefensa. En el mundo, hay alrededor de doscientas disciplinas, y cada una posee escuelas (llamadas estilos o sistemas), filosofías de entrenamiento y facetas propias que las hacen únicas, todas, con el común objetivo de mantener al usuario a salvo de un ataque físico. No se conoce con seguridad cuando aparecieron, pero se sabe que no son resultado del esfuerzo de un individuo creador de la técnica, sino que se desarrollaron por varias generaciones de practicantes de artes marciales, que fueron perfeccionando y diferenciando las disciplinas y los estilos a lo largo del tiempo hasta ser técnicas efectivas. También se les denomina “deportes de combate” o “deportes de lucha” porque en estos deportes dos combatientes se enfrentan el uno al otro. En cambio, el término “artes marciales” no solo hace referencia a un conjunto de prácticas orientales que servían de preparación para el combate o la guerra, sino que “arte” hace referencia a que precisan de ciertos valores espirituales, más para preservar la vida del estudiante ante una agresión, que para tener el mayor rendimiento deportivo posible.
Pero la DPP No es un arte marcial, ya que los objetivos difieren profundamente. Las artes marciales se enfocan en criterios filosóficos que se trabajan durante toda la vida, en cambio la DPP debe aprenderse en un tiempo acotado a la etapa de formación. Esta formación especial no admite grados en la práctica de contenidos como en las artes marciales, sino que prevé que los operadores estén en condiciones de ejercer su trabajo. Por otra parte, el marco normativo legal que regula la función policial y de seguridad privada es quien dicta la pauta de las conductas e intervenciones en el caso del uso racional de la fuerza y no los criterios individuales que podrían esperarse en un artista marcial. Por supuesto que no se puede menospreciar la formación como artistas marciales, como tampoco se pretende cancelar el saber previo que los y las estudiantes puedan tener. Pero es necesario que se convierta aquel saber inicial que podrían portar, en un mecanismo que colabore con esta forma particular de defensa, la defensa personal policial. De otra manera resulta altamente ineficaz coordinar acciones grupales en situaciones de defensa durante el ejercicio profesional de la tarea policial y de vigilante de seguridad. Cabe mencionar que tampoco es un deporte de combate, aunque en este caso resulta más sencillo separar el aspecto competitivo de los deportes y la función policial. Desde luego que podría ser recomendable la práctica de cualquier forma de combate y defensa de las que se ofrecen en los distintos ámbitos especializados, pero en ningún caso debería operar como un reemplazo de los contenidos de la defensa personal policial (DPP).
QUÉ ES LA DPP?
La defensa personal policial es un sistema compuesto por un conjunto específico de técnicas de defensa y reducción, tomadas de diferentes artes marciales y de combate adaptadas al uso, vida y función policial, dentro del marco del uso racional de la fuerza. Es una herramienta que debe ser usada para el efectivo cumplimiento de las obligaciones propias de la labor policial.
El sistema de DPP tiene como finalidad, que el operador de seguridad sepa aplicar medidas de seguridad generales, dentro del marco del uso racional de la fuerza, para salvaguardar su integridad física, la de sus compañeros/as y terceros; incluyendo la seguridad del sujeto activo
El éxito de la aplicación de las acciones de defensa depende de;
Por un lado, es necesario tener presente que las técnicas de DPP deben aplicarse teniendo en cuenta el concepto estratégico-táctico que llamamos factor sorpresa (es la acción no anunciada para anular la capacidad de reacción del sujeto activo) sin el cual la posibilidad de éxito en las intervenciones se reduce considerablemente.
Por otro lado, siempre las intervenciones tendrán como concepto práctico la valoración de tiempo y distancia (permite percibir y ajustar las acciones corporales de acuerdo a los diferentes factores) antes de decidir cómo intervenir.
Finalmente, cabe mencionar que el concepto definido como uso de la fuerza necesaria, asegura la legalidad de las acciones emprendidas para el uso racional de la fuerza.
Este sistema además tiene que ser fácil de aprender, instintivo, que funcione bajo presión, es decir, formado por pocas técnicas. Estas deben ser efectivas y polivalentes, esto es, con la misma técnica o táctica se deberían poder resolver muchos conflictos, además de poder aplicarse con distintos niveles de contundencia dependiendo de la situación.
Teniendo en cuenta el uso escalonado de la fuerza, el marco legal y el código deontológico, del que ya hablé en el anterior artículo.
https://robertocarmonaarquero.blogspot.com/2023/12/la-deontologia-profesional-en-seguridad.html?m=1
EMPLEO Y USO RACIONAL DE LA FUERZA
En una escala ascendente se describen los niveles de aplicación o las herramientas que posee el operador al momento de realizar su labor. En su conjunto forman lo que se llama las fuerzas del operador.
●PERSUASIÓN VERBAL:
Se refiere al habla. El más usado, cotidiano y constante, tanto o más poderosa que cualquiera de las otras fuerzas, es el diálogo fluido con el que se maneja el operador en tan variadas oportunidades y circunstancias.
●FUERZA FÍSICA:
Es no solo la fuerza física propia del cuerpo humano, sino también, el correcto empleo del mismo a través de la técnica y el apoyo de más efectivos operativos.
●FUERZA DEFENSA O BASTÓN POLICIAL.
(Elemento disuasivo)
Se trata de un elemento de letalidad controlada, orientado a la defensa del personal de seguridad y a la disuasión y control ante una resistencia a la autoridad. Sus principales características son la propiedad disuasiva y defensiva.
●ARMA DE FUEGO: el empleo legítimo de toda arma de fuego policial o de seguridad provista como dotación.
Como por ejemplo; pistola, escopeta, subfusil, etc.
La utilización de cada una de ellas depende de la situación a resolver, debiéndose escoger el medio proporcional y racional de acuerdo al nivel de fuerza a aplicar. Este medio podrá ir en forma ascendente o descendente. De esta manera se desarrollará el dominio de la reclasificación de los elementos que el operador tiene en su equipo de trabajo.
En DPP desde el punto de vista de la supervivencia habrá que entender que cualquier técnica o táctica que utilicemos debe ser realista (debe funcionar en la vida real,ser práctica),para con ello poder salir con vida o ileso de cualquier situación.
Por marco legal habrá que entender que las técnicas que se utilicen, deben cumplir los principios básicos de actuación y en general todo el marco legal. (Sin olvidar que lo primero es garantizar la supervivencia del operador y la de terceros).
Es evidente que existen técnicas de lucha muy eficaces para sobrevivir o salir ileso pero que incumplen los principios de actuación.
Es por esto qué, por apariencia, habrá que entender que las técnicas y procedimientos que utilicemos, además de de ajustarse al marco legal, también han de parecerlo, esto es, que a la vista de un tercero, estas no padezcan agresivas u ofensivas y sí éticas, además de serlo.
Si esto sucede de este modo, estaremos en un escalón más de eficacia, pues ello contribuye a la imagen de profesionalidad y humanidad del sector policial y el de la seguridad privada, lo que redundará en un prestigio y respeto por parte de la sociedad, lo cual hará más fácil el trabajo de los componentes de estos cuerpos.
NIVELES DE ACTUACIÓN.
NIVEL DE NORMALIDAD.
Es aquel que comporta un riesgo mínimo de efectos leves. Se entiende dentro de la actuación cotidiana. No hay aviso sistemático de indicios de peligro, aunque el operador de seguridad deberá mantenerse atento a la evolución de la situación ante la cual actúa.
Esta situación no tiene indicadores especiales ya que hace referencia al estado de alerta normal que comporta la actuación diaria.
NIVEL DE ALERTA.
Ahora sí hay indicios, hechos o expresiones que hacen que haya que reforzar la atención y tomar precauciones suplementarias.
Será suficiente que estos indicios sean ligeros. Los indicadores de esta situación son los siguientes.;
●Las personas que coinciden en su aspecto con autores de delitos.
●Las personas que observan atentamente a un operador de seguridad, sin razón especial.
●Las personas que levantan la voz de forma intimidatoria.
●Las personas qué, ante las preguntas del operador de seguridad, cambian la posición de los pies como para huir, responden agresivamente o esconden las manos en los bolsillos.
●Las personas qué, aunque no parezcan peligrosas, hayan cometido alguna falta penal.
●Las personas qué, cuya complexión física, en relación al operador de seguridad, supongan una disminución o merma en la seguridad de su actuación.
NIVEL DE PELIGRO.
El peligro es inmediato y evidente.
Hay probabilidad de enfrentamiento.
Los efectos del riesgo son imprevisibles. Es necesario extremar las medidas de seguridad. El enfrentamiento puede ir más allá del enfrentamiento puramente verbal. El sospechoso debe acabar siempre controlado en el suelo. Los indicadores de este tipo de situación, entre otros, son:
●Las personas qué, a la vez que gritan, intentan empujar, o que han agredido a alguien.
●Las personas que gesticulan de forma agresiva.
●Las personas que dicen que tienen un arma o que sabemos o podemos sospechar que porten armas.
●Las personas sobre las cuales se tiene la certeza de que pueden responder de forma violenta o peligrosa.
●Ante las agresiones de cualquier tipo .
BENEFICIOS.
Los practicantes de estas disciplinas defienden que son realmente útiles a la hora de aumentar la confianza en uno mismo y el bienestar psicológico. Además, una mayor implicación en las artes marciales tradicionales está relacionada con un considerable decrecimiento en la agresividad que es persistente y que aumenta con los años de experiencia. Este fenómeno podría explicarse al conocer que los métodos de aprendizaje deben el respeto acordado al maestro, al uniforme, al lugar de entrenamiento y a los compañeros, además de tener lugar en un ambiente donde reinan la disciplina, el auto-respeto y el respeto al compañero. Este tipo de prácticas promueven la autoestima, la relajación, la coordinación cuerpo-mente, el buen control de la ira, el bienestar, y disminuyen la depresión e insomnio. Este sistema también promueven la concentración y la atención, ya que se les pide a los alumnos que se concentren activamente en un ejercicio físico intenso, que sigan órdenes visuales y auditivas así como que practiquen en un ambiente controlado y disciplinado.
Y como no, sumemos a todo esto que el poder adquirir este tipo de conocimiento a la hora de afrontar determinados servicios nos va a proporcionar una clara ventaja a la hora de ejecutarlos de manera eficiente.
Las artes marciales son ejercicios para el cuerpo, la mente y el espíritu que mayoritariamente se originaron en Oriente e incluyen boxeo y autodefensa. En el mundo, hay alrededor de doscientas disciplinas, y cada una posee escuelas (llamadas estilos o sistemas), filosofías de entrenamiento y facetas propias que las hacen únicas, todas, con el común objetivo de mantener al usuario a salvo de un ataque físico. No se conoce con seguridad cuando aparecieron, pero se sabe que no son resultado del esfuerzo de un individuo creador de la técnica, sino que se desarrollaron por varias generaciones de practicantes de artes marciales, que fueron perfeccionando y diferenciando las disciplinas y los estilos a lo largo del tiempo hasta ser técnicas efectivas. También se les denomina “deportes de combate” o “deportes de lucha” porque en estos deportes dos combatientes se enfrentan el uno al otro. En cambio, el término “artes marciales” no solo hace referencia a un conjunto de prácticas orientales que servían de preparación para el combate o la guerra, sino que “arte” hace referencia a que precisan de ciertos valores espirituales, más para preservar la vida del estudiante ante una agresión, que para tener el mayor rendimiento deportivo posible.
Pero la DPP No es un arte marcial, ya que los objetivos difieren profundamente. Las artes marciales se enfocan en criterios filosóficos que se trabajan durante toda la vida, en cambio la DPP debe aprenderse en un tiempo acotado a la etapa de formación. Esta formación especial no admite grados en la práctica de contenidos como en las artes marciales, sino que prevé que los operadores estén en condiciones de ejercer su trabajo. Por otra parte, el marco normativo legal que regula la función policial y de seguridad privada es quien dicta la pauta de las conductas e intervenciones en el caso del uso racional de la fuerza y no los criterios individuales que podrían esperarse en un artista marcial. Por supuesto que no se puede menospreciar la formación como artistas marciales, como tampoco se pretende cancelar el saber previo que los y las estudiantes puedan tener. Pero es necesario que se convierta aquel saber inicial que podrían portar, en un mecanismo que colabore con esta forma particular de defensa, la defensa personal policial. De otra manera resulta altamente ineficaz coordinar acciones grupales en situaciones de defensa durante el ejercicio profesional de la tarea policial y de vigilante de seguridad. Cabe mencionar que tampoco es un deporte de combate, aunque en este caso resulta más sencillo separar el aspecto competitivo de los deportes y la función policial. Desde luego que podría ser recomendable la práctica de cualquier forma de combate y defensa de las que se ofrecen en los distintos ámbitos especializados, pero en ningún caso debería operar como un reemplazo de los contenidos de la defensa personal policial (DPP).
QUÉ ES LA DPP?
La defensa personal policial es un sistema compuesto por un conjunto específico de técnicas de defensa y reducción, tomadas de diferentes artes marciales y de combate adaptadas al uso, vida y función policial, dentro del marco del uso racional de la fuerza. Es una herramienta que debe ser usada para el efectivo cumplimiento de las obligaciones propias de la labor policial.
El sistema de DPP tiene como finalidad, que el operador de seguridad sepa aplicar medidas de seguridad generales, dentro del marco del uso racional de la fuerza, para salvaguardar su integridad física, la de sus compañeros/as y terceros; incluyendo la seguridad del sujeto activo
El éxito de la aplicación de las acciones de defensa depende de;
Por un lado, es necesario tener presente que las técnicas de DPP deben aplicarse teniendo en cuenta el concepto estratégico-táctico que llamamos factor sorpresa (es la acción no anunciada para anular la capacidad de reacción del sujeto activo) sin el cual la posibilidad de éxito en las intervenciones se reduce considerablemente.
Por otro lado, siempre las intervenciones tendrán como concepto práctico la valoración de tiempo y distancia (permite percibir y ajustar las acciones corporales de acuerdo a los diferentes factores) antes de decidir cómo intervenir.
Finalmente, cabe mencionar que el concepto definido como uso de la fuerza necesaria, asegura la legalidad de las acciones emprendidas para el uso racional de la fuerza.
Este sistema además tiene que ser fácil de aprender, instintivo, que funcione bajo presión, es decir, formado por pocas técnicas. Estas deben ser efectivas y polivalentes, esto es, con la misma técnica o táctica se deberían poder resolver muchos conflictos, además de poder aplicarse con distintos niveles de contundencia dependiendo de la situación.
Teniendo en cuenta el uso escalonado de la fuerza, el marco legal y el código deontológico, del que ya hablé en el anterior artículo.
https://robertocarmonaarquero.blogspot.com/2023/12/la-deontologia-profesional-en-seguridad.html?m=1
EMPLEO Y USO RACIONAL DE LA FUERZA
En una escala ascendente se describen los niveles de aplicación o las herramientas que posee el operador al momento de realizar su labor. En su conjunto forman lo que se llama las fuerzas del operador.
●PERSUASIÓN VERBAL:
Se refiere al habla. El más usado, cotidiano y constante, tanto o más poderosa que cualquiera de las otras fuerzas, es el diálogo fluido con el que se maneja el operador en tan variadas oportunidades y circunstancias.
●FUERZA FÍSICA:
Es no solo la fuerza física propia del cuerpo humano, sino también, el correcto empleo del mismo a través de la técnica y el apoyo de más efectivos operativos.
●FUERZA DEFENSA O BASTÓN POLICIAL.
(Elemento disuasivo)
Se trata de un elemento de letalidad controlada, orientado a la defensa del personal de seguridad y a la disuasión y control ante una resistencia a la autoridad. Sus principales características son la propiedad disuasiva y defensiva.
●ARMA DE FUEGO: el empleo legítimo de toda arma de fuego policial o de seguridad provista como dotación.
Como por ejemplo; pistola, escopeta, subfusil, etc.
La utilización de cada una de ellas depende de la situación a resolver, debiéndose escoger el medio proporcional y racional de acuerdo al nivel de fuerza a aplicar. Este medio podrá ir en forma ascendente o descendente. De esta manera se desarrollará el dominio de la reclasificación de los elementos que el operador tiene en su equipo de trabajo.
En DPP desde el punto de vista de la supervivencia habrá que entender que cualquier técnica o táctica que utilicemos debe ser realista (debe funcionar en la vida real,ser práctica),para con ello poder salir con vida o ileso de cualquier situación.
Por marco legal habrá que entender que las técnicas que se utilicen, deben cumplir los principios básicos de actuación y en general todo el marco legal. (Sin olvidar que lo primero es garantizar la supervivencia del operador y la de terceros).
Es evidente que existen técnicas de lucha muy eficaces para sobrevivir o salir ileso pero que incumplen los principios de actuación.
Es por esto qué, por apariencia, habrá que entender que las técnicas y procedimientos que utilicemos, además de de ajustarse al marco legal, también han de parecerlo, esto es, que a la vista de un tercero, estas no padezcan agresivas u ofensivas y sí éticas, además de serlo.
Si esto sucede de este modo, estaremos en un escalón más de eficacia, pues ello contribuye a la imagen de profesionalidad y humanidad del sector policial y el de la seguridad privada, lo que redundará en un prestigio y respeto por parte de la sociedad, lo cual hará más fácil el trabajo de los componentes de estos cuerpos.
NIVELES DE ACTUACIÓN.
NIVEL DE NORMALIDAD.
Es aquel que comporta un riesgo mínimo de efectos leves. Se entiende dentro de la actuación cotidiana. No hay aviso sistemático de indicios de peligro, aunque el operador de seguridad deberá mantenerse atento a la evolución de la situación ante la cual actúa.
Esta situación no tiene indicadores especiales ya que hace referencia al estado de alerta normal que comporta la actuación diaria.
NIVEL DE ALERTA.
Ahora sí hay indicios, hechos o expresiones que hacen que haya que reforzar la atención y tomar precauciones suplementarias.
Será suficiente que estos indicios sean ligeros. Los indicadores de esta situación son los siguientes.;
●Las personas que coinciden en su aspecto con autores de delitos.
●Las personas que observan atentamente a un operador de seguridad, sin razón especial.
●Las personas que levantan la voz de forma intimidatoria.
●Las personas qué, ante las preguntas del operador de seguridad, cambian la posición de los pies como para huir, responden agresivamente o esconden las manos en los bolsillos.
●Las personas qué, aunque no parezcan peligrosas, hayan cometido alguna falta penal.
●Las personas qué, cuya complexión física, en relación al operador de seguridad, supongan una disminución o merma en la seguridad de su actuación.
NIVEL DE PELIGRO.
El peligro es inmediato y evidente.
Hay probabilidad de enfrentamiento.
Los efectos del riesgo son imprevisibles. Es necesario extremar las medidas de seguridad. El enfrentamiento puede ir más allá del enfrentamiento puramente verbal. El sospechoso debe acabar siempre controlado en el suelo. Los indicadores de este tipo de situación, entre otros, son:
●Las personas qué, a la vez que gritan, intentan empujar, o que han agredido a alguien.
●Las personas que gesticulan de forma agresiva.
●Las personas que dicen que tienen un arma o que sabemos o podemos sospechar que porten armas.
●Las personas sobre las cuales se tiene la certeza de que pueden responder de forma violenta o peligrosa.
●Ante las agresiones de cualquier tipo .
BENEFICIOS.
Los practicantes de estas disciplinas defienden que son realmente útiles a la hora de aumentar la confianza en uno mismo y el bienestar psicológico. Además, una mayor implicación en las artes marciales tradicionales está relacionada con un considerable decrecimiento en la agresividad que es persistente y que aumenta con los años de experiencia. Este fenómeno podría explicarse al conocer que los métodos de aprendizaje deben el respeto acordado al maestro, al uniforme, al lugar de entrenamiento y a los compañeros, además de tener lugar en un ambiente donde reinan la disciplina, el auto-respeto y el respeto al compañero. Este tipo de prácticas promueven la autoestima, la relajación, la coordinación cuerpo-mente, el buen control de la ira, el bienestar, y disminuyen la depresión e insomnio. Este sistema también promueven la concentración y la atención, ya que se les pide a los alumnos que se concentren activamente en un ejercicio físico intenso, que sigan órdenes visuales y auditivas así como que practiquen en un ambiente controlado y disciplinado.
Y como no, sumemos a todo esto que el poder adquirir este tipo de conocimiento a la hora de afrontar determinados servicios nos va a proporcionar una clara ventaja a la hora de ejecutarlos de manera eficiente.
FUENTES;
LEY DE SEGURIDAD PRIVADA
WIKIPEDIA
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